Ay, qué me ha sucedido que rezo para que me seduzca.
¡Ay, ni cien caballos me arrastrarían al pecado !¡
Si al menos no me apeteciese tanto!
Si me resisto tanto al amorsólo me he resistido realmente en el fondo porque sé que si estuviera ante él en camisón me dejaría hasta sin camisa.
¡Como que le van a importar a él mis reproches!¡
Si al menos no me apeteciese tanto!
Dudo que valga tanto como yo y que para él sea amor de verdad.
Cuando todos mis ahorros se hayan gastado,
¿tirará el cacharro a la basura?
¡Ay, ya sé por qué le opuse tanta resistencia!¡
Si al menos no me apeteciese tanto!
Si tuviera dos dedos de sentido nunca le habría concedido lo que por desgracia me pidió,
si no que le habrla pegado una paliza en cuanto se me acercó demasiado, como hizo.
¡Ay, ojalá se fuera al infierno!
(¡Si al menos no me apeteciese tanto!) -"-
Bertolt Brecht
"Canción de la viuda enamorada"
"Canción de la viuda enamorada"